Aquí teniu la crònica de Lina Nadal (Picnic Ideas Surtidas)
Hace una semana que empezó el otoño, aunque muchos llevábamos sintiéndolo en
los huesos (y en el alma) desde hace meses.
Mientras la magia de los ciclos astronómicos hacía por ahí arriba de las suyas con
nuestras emociones y nuestra ropa de verano, en un piso del centro de Palma se
pergeñaba un ritual pagano de cambio de estación:
Un concierto íntimo de Sef dentro del programa culturaacasa.
Íntimo porque compartimos con un anfitrión (conocido, semiconocido o
desconocido) los misterios que se esconden en los libros que uno acumula en las
estanterías y los secretos que se guardan, a veces, en los cajones de la cocina.
Íntimo porque Christian Fernández Mirón nos susurró sus canciones al oído desde
la distancia que separa el sofá del televisor en una casa cualquiera.
Foto: Pedro Jiménez
Íntimo porque con su voz (increíble), un ukelele, un piano (mini), algunas
versiones (on the sunny side of the Street entre ellas) y melodías propias
(silbadas), consiguió remover el aire estancado y despejar algunos nubarrones de
nuestras cabezas.
Ya lo dijo un gran filósofo de 8 años cuando se le cayeron los dos dientes
delanteros impidiéndole comer: “¡…aún puedo silbar!”.
A veces se nos olvida, pero sigue siendo lo más importante.
Eso, y decidir caminar por el lado soleado de la calle.
Aunque haya empezado (de verdad) el otoño.
Foto: Teresa Pérez
Si voleu llegir una altra crònica, podeu visitar el Blog de Teresa Pérez
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